Empezando los 30 en las nubes

Y quedó atrás la década de los veinte; y por eso, el Daniel viejo de los veintitodos le regaló al nuevo Daniel de los ta, una experiencia espectacular. Le dejó la responsabilidad para que en la nueva década haya un Daniel más propositivo, aún más decidido a tomar desafíos.

…el nuevo Daniel de los ta…un Daniel más propositivo.

Con el fin del 2022 además, quise cerrar la etapa y empezar la nueva por las nubes. Si ya el año venía siendo extremadamente espectacular a nivel personal y profesional, tirarse de un paracaídas lo cerraría con broche de oro.

Dos meses antes de saltar fue el momento en que nació la idea, viendo algunos vídeos extremos en canales de Youtube, teniendo un año con muchos cambios (todos para bien), la llegada de los treinta (todo, pura emoción); fueron los elementos suficientes para tomar la decisión. Hubo un momento, no de nervios, sino de excitación, y fueron los minutos antes de que mencionaran mi nombre, anunciando que ya era mi turno para el salto, junto con otras cuatro personas más, incluyendo mi padre. Y sí, así lo sentí porque en cuestión de minutos vi como mi ritmo cardíaco en reposo fue aumentando desde los 69 hasta los 110 rpm.

Todos decididos a poner nuestras vidas en manos de especialistas para saltar a 17000 pies de altura , no quedó de otra que subirse a la avioneta y disfrutar de la vista, el buen clima que había, y un ambiente de euforia y emoción durante el ascenso.

¿Qué decir del momento exacto en que empecé a caer libremente a 200km/h durante 45 segundos? Es una sensación de liberación, es pensar que cualquier cosa que pase, todo va a estar bien, que “todo lo que sucede conviene”; es un momento en el que piensas que lo que estás haciendo es inseguro, pero que te llena de seguridad y muchísima confianza al mismo tiempo.

Es una aventura que supongo la mayoría de las personas que lo experimentan la recomiendan; obviamente, me incluyo. Esta significó para mí, abrir una puerta a otras nuevas experiencias que quiero y voy a vivir por primera vez, así, para que nunca se olvide.

Es una sensación de liberación, es pensar que cualquier cosa que pase, todo va a estar bien.

La adrenalina que sentí, las ganas de volverlo hacer una y más veces, evidencian que sí valió la pena tomar el riesgo, y que para lo que venga después: es sin miedo al éxito. 😀